A temprana edad mi vida empezó a tomar un rumbo nocivo y a una gran velocidad. A los 25 años de edad, cumplíamos 5 años de casados mi esposa y yo, al borde de la separación, con 3 hijos en mano y un montón de errores y pérdidas que lastimaban y dañaban mucho nuestra relación.
El Evangelio llegó a nuestras vidas, fue el amor y el poder de Jesús quien lo cambió todo. Conocimos al Dios de salvación, fiel y poderoso para cambiar las cosas de mal a bien. En 1Tesalonicenses 5:24…“Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel.”
Es un Dios que lo puede todo, nada es más grande que Él. Fue tan fuerte el llamado que hizo en mí, que pude ver y entender el propósito que tenía Dios para mí. Nada de lo que yo había intentado y vivido me ayudaban a salir de donde estaba: terapias, experiencias fuertes, pérdidas, dolor, nada era suficiente para dejar las adicciones y los malos hábitos de vida, que lo único que hacían era generar destrucción en mí. Fue conocer al Dios de Salvación, al Dios que hace que las cosas sucedan…
Aunque a decir verdad, el cambio no fue rápido ni fácil, pero sí muy esperanzador y lleno de buen ánimo y fuerza, porque eso es lo que Dios hace en nosotros, nos llena de Fe y Esperanza para seguir. Sabía que el tiempo se agotaba, Dios me había dado una hermosa familia, la cual yo podía seguir lastimando hasta destruirla o elegir el camino de vida y salvación que Dios ofrece en Cristo Jesús. Decidí permanecer y tomarme firmemente de Su mano, a pesar de momentos difíciles y situaciones inesperadas, mi compromiso sincero y determinado con Jesús ha permanecido hasta el día de hoy.
La clave está en permanecer en el camino
Dios nos llama a ordenar y alinear nuestra vida a Su voluntad, debes saber que hay algo grande para ti. Debes descubrir el propósito por el cual Dios te alcanzó y llamó y eso lleva tiempo. Ten la seguridad qué hay algo grande y único para ti de parte de Dios.
Solo en Cristo Jesús podrá despertar tu potencial, eso que Él puso en ti será encendido y podrás fluir en tu mejor forma como persona. Solo el poder de Dios lo puede hacer en nosotros, Él es fiel y lo hará, solo permanece fiel a Su llamado. 2ª Corintios 5:17…“Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!”
