Definiendo el campo misionero
Deseo comenzar este artículo definiendo algunos términos para dar un mejor entendimiento. Primero, comenzamos con una pregunta: ¿Qué significa el campo misionero? la palabra “misionero” se refiere a las personas que son enviadas. Es el llamado apostólico, el de ser enviado.
Ahora la gran pregunta debe de ser: ¿a donde? Muchas iglesias definen la palabra “misionero” como alguien que va a cualquier lugar. Pero en Hechos 2, vemos algunas características muy importantes en el día de Pentecostes: uno de ellos fue que hablaron el evangelio de Cristo en lenguas. Pero ¿qué clase de lenguas?, el texto claramente nos dice que eran idiomas entendibles de su nacimiento, o es decir su lengua materna.
¿Qué otra carateristica existe? Encontramos hombres piadosos en busca de Dios, pero sin encontrarlo. ¿Por qué no lo encuentran? Porque, como menciona Romanos 10:1-4, son como Israel que estaba buscando a Dios por sus propios medios y sin poder encontrarlo. Porque ellos no deseaban la justicia de Dios que dice el versículo 4 que sólo se encuentra en Cristo Jesús. Así que tenemos otros idiomas, otra cosmovisión, otro credo y por ultimo: otra cultura.
Así que ¿dónde se encuentran los campos misioneros para la Iglesia local? Bueno, creo que nos será muy fácil entenderlo cuando veamos como Pablo lo explicó a una iglesia en Roma, que no más podían ellos enfocarse en su propio entorno. ¿No se te hace interesante cómo somos cada uno de nosotros tan egocéntricos? Mi propia familia, mi colonia, mi pueblo o ciudad. Todo se centra alrededor nuestro, pero para Dios todos son importantes, cada pueblo, nación, lengua y tribu; es decir todas las etnias del mundo, tanto las más cercanas como las que son las más lejanas de alcanzar.
Ahora regresemos a lo que dijo Pablo en Romanos 15. El hace una declaración muy comprometedora “Iré a llevar el evangelio donde Cristo no ha sido nombrado” desde Jerusalén hasta Jericó, todo lo he llenado del evangelio. ¿Cuál sería la comparación para nosotros en Mexico? Sería el equivalente a decir desde Tijuana hasta Chetumal, todo lo he llenado del evangelio. ¿Es esta declaración cierta? ¿En verdad todo México está alcanzado con el evangelio? La verdad es que no, pero esto nos trae a otro término que tenemos que definer: el de acceso y no acceso al evangelio.
¿Qué es evangelismo y qué son las misiones? ¿Cuál es la diferencia entre los dos? Yo lo defino de esta manera: si es a tu misma cultura e idioma, se trata de evangelismo. Si es a otra cultura, idioma, cosmovisión y credo, se trata de misiones. Ahora hemos llegado al siguiente término y es el de acceso o no acceso.
¿Cuál es la pregunta debemos hacer? Es esta: ¿dentro de mi entorno es posible que alguien que no conoce a Cristo le puede conocer? ¿existen creyentes, existen iglesias evangélicas donde esa persona puede acudir?, ¿existen Biblías en su idioma, tiene familia, amigos, compañeros de trabajo o de escuela que son creyentes y le pueden compartir? Si nuestra respuesta es “si”, es un lugar de acceso al evangelio y no es un campo misionero.
Un campo misionero es un lugar donde no hay creyentes, no hay Iglesias, no hay Biblias en su idioma, sus familiares no son creyentes, no tiene amigos que tienen una relación personal con Cristo, no existen Iglesias en su comunidad o cerca de donde él vive para poder asistir, sus compañeros de escuela y de trabajo no conocen a Cristo. Esto lo definimos como lugar donde no hay acceso al evangelio, es un campo misionero.
¿Dónde están estos lugares?
Vamos entonces a contestar esta pregunta. En México sólo existen algunos lugares que realmente podemos llamar “campo misionero”, pero alrededor del mundo existen muchos lugares que lo son. Es por ello que ahora México está mandando los suyos a otros países para que estos pueblos, naciones, lenguas y tribus conozcan del gran mensaje que es “Cristo en mi, la esperanza de gloria”.
Para unas 7,000 etnias del mundo todavía aplica lo dicho por Pablo en Colosenses 1:26 acerca del misterio que ahora ha sido dada a conocer a los gentiles, pero a estos gentiles de estos 7,000 grupos etno-lingüísticos seguimos llamándolos: campo misionero; porque está sin misioneros, sin creyentes, sin Iglesias, sin Biblias y sin acceso al evangelio de nuestro Señor Jesús.
En México se conocen unos 34 grupos étnicos sin el evangelio y la mayoría de estos grupos se encuentran en Oaxaca, y el grupo con mayor necesidad es la de los mixtecos. También, podemos mencionar algo de necesidad en lo que llaman “El Círculo del Silencio” y este lugar se encuentra en el Bajío principalmente, donde se calcula que existen 100 municipios con menos de 1% de evangélicos entre ellos.
El Apóstol Pablo podría haber dicho de México: “desde Tijuana hasta Chetumal, ya no tengo lugar para poder evangelizar, porque ya existen Iglesias que pueden hacer el trabajo de alcanzar a los que no conocen de Cristo a sus alrededores y por esto de damos gloria a nuestro Dios”.
¿Por qué todavía en México tenemos estos campos misioneros?
La realidad es que muchas son la razones, pero yo solo deseo mencionar una opinión del por qué. En 1914 las agencias misioneras de Estados Unidos que trabajaban en México decidieron dividir las Iglesias Evangélicas en lo que llaman el Plan de Cincinati. ¿Cuál fue el problema? Los mexicanos no pudieron estar presentes y los acuerdos se hicieron sin consultar con el liderazgo mexicano de las iglesias misioneras. La falta de una coordinación ordenada en un aprecio fraternal por la diversidad de cuerpo de Cristo en México, básicamente vivir Juan 17:20-23.
Otra razón es que los lugares por alcanzar están muy lejos y costosos para llegar allí y complicados para alcanzar, ya que toman mucho tiempo para aprender el idioma y hacer la inmersión en estas culturas que viven un sincretismo muy marcado. Otra razón es el medio de vivir en estas comunidades tan aisladas ya que existen grupos de delincuencia entre ellos y puede peligrar la vida de uno.
En conclusión…
La verdad es que la Iglesia mexicana ha hecho un trabajo excelente en la evangelización dentro de las ciudades y en la mayoría de las comunidades urbanas, al grado de tener entre 90,000 y 100,000 Iglesias evangélicas a nivel país. Creo que podemos trabajar más en la unidad, también en apoyar y animar a nuestros miembros de nuestras Iglesias que sienten un llamado misionero para acudir a ellas y animarles a la mayor preparación que ellos puedan recibir para estar listos para llevar el evangelio de manera contextualizada a estos grupos por alcanzar en México y ¿por qué no? fuera de México también.